lunes, 29 de marzo de 2010

El apetitoso mercado del ‘single’

Antes se les llamaba solterones, o bien eran separados, divorciados y viudos. Hoy se les denomina singles y este cambio de nombre ha implicado también una nueva mirada sobre este colectivo, que en los últimos años se ha convertido en un nicho de negocio muy apetecible y susceptible de crear nuevos tipos de empresa o de productos. Es un colectivo con dinero y dispuesto a gastárselo.

No existen cifras actualizados del mercado de los singles, ya que sólo se puede conocer a través del censo, y el último es de 2005. Entonces la cantidad de singles se calculaba en el 25% de la población, lo que en el caso de la provincia de Tarragona significaba más de 200.000 personas. Es una media inferior a la europea, que se estimaba en el mismo año en el 30% de la población, por lo que es deducible que desde entonces la proporción de los singles españoles habrá tendido a aumentar para converger con la europea.

Las cifras del Idescat de 2007 muestran que en la provincia de Tarragona había 311.000 solteros, pero es una cifra engañosa puesto que incluye niños y jóvenes. Se acerca más el número de hogares unipersonales, que en toda Catalunya era en el mismo año de 541.800.

«Cada año se divorcian o separan 500.000 personas más, y además el número de bodas tiende a disminuir. Entre los divorciados, sólo los jóvenes tienden a reincidir y volver a casarse; en cambio, a partir de los 40 años prefieren mantener su recuperada individualidad, sobre todo cuando llevan unos años viviendo solos», explica Lourdes Pérez, fundadora de Nones, una empresa dedicada a los singles en toda España.


La tipología. Pérez calcula en unos 4 millones los españoles de 30 años en adelante que se incluyen dentro del concepto de single. Entre los treintañeros, la mayoría son solteros. A partir de los 40 años de edad, los singles ya son preferentemente divorciados y, a medida que aumenta la edad, aumenta la presencia de viudas o viudos.

Las empresas de singles se alejan de las tradicionales agencias matrimoniales o de las asociaciones de divorciados. «La idea no es crear una nueva pareja, sino salir y conocer gente», explica Lourdes Pérez, que creó Nones hace siete años como fruto de una necesidad personal, ya que se separó y se dio cuenta de que faltaban canales para rehacer su vida.

Nones ofrece excursiones, visitas culturales a ciudades de España o del extranjero, y como especialidad los viajes exóticos y los cruceros exclusivamente para singles. Organiza paquetes de viajes que ofrece a través de cadenas independientes: en el caso de Tarragona, por ejemplo, pueden contratarse a través de las agencias Iltrida, Almeida o Phileas. Pese a que existe la figura del asociado que paga una cuota anual, también puede contratar el viaje cualquier single no socio, aunque más caro.

También en Tarragona opera Club Clan2Mil, con un perfil más semejante al de red social y que opera especialmente a través de Internet. Los asociados que se dan de alta no pagan por ello sino por las actividades en las que participan. Algunas de ellas son organizadas por los grupos que se van creando dentro de la comunidad, y por tanto la empresa no cobra nada. Si es ésta la que monta la actividad, se quedará con cierto porcentaje. Pero sobre todo Club Clan2Mil funciona gracias a la publicidad en las páginas web a las que acuden los asociados para conocer las actividades que se hacen o para chatear.

Esta empresa nació en Barcelona a partir de un pequeño grupo de singles. Los que conocieron de su existencia a través de Internet reclamaron su extensión a otras ciudades y desde hace un par de años se ha ido ampliando hasta crear actualmente una red de 20 asociaciones. En Tarragona trabaja desde hace solo un año y ya tiene unos 1.150 asociados, de los que un 30% son activos y el resto lo han ido dejando o han encontrado pareja. «Hay una elevada rotación entre los asociados», reconoce María Abadal.

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